"Renuncia de un Ajustador de Seguros" (extracto) "Revista Mexicana del Seguro", no. 326
". . . nunca tendré los requisitos necesarios para cumplir con este trabajo, que no es envidiable, pero sí desagradable y melancólico. Para ser Ajustador, uno debe ser cortés, diplomático, astuto, comprensivo, chistoso, experto, de carácter inigualable, difícil de llegar al enójo, una especie de Sherlock Holmes, estar al día en todos los aspectos, ser bien parecido de ojos honestos y maneras agradables, tener buena memoria, tener un juicio sutil y ser la personificación de la verdad pero con un buen conocimiento del pecado y la maldad en todas sus formas. Un Ajustador de siniestros debe entender de seguros, de electricidad, de química y finanzas, de comercio, ventas, embarques, contratación, leyes, medicina y compraventa de (automoviles); debe tener conocimientos sobre la venta y compra de equinos y, en general, sobre la naturaleza humana. Debe ser clarividente, hipnotizador y atleta. Debe estar familiarizado con maquinarias de todo tipo y con toda clase de materiales, debe conocer el precio actualizado de todas las (refacciones), desde una aguja (indicadora de temperatura) hasta el (trailer completo). Debe saber de todo y no contar nada y, además, estar en todas partes al mismo tiempo. Debe dejar satisfecho al Gerente de (siniestros), al Perito del (juzgado civico), al Departamento de Siniestros de la (Central de Ajuste), al Departamento de (valuacion), al Brokeer, al (proveedor), Al Asegurado, al tercero. Habiendo sabido que únicamente un hombre habría podido tener todos los requisitos mencionados y sabiendo que el mismo fue crucificado hace mas de (1977) años y aunque en mi vida personal diaria he tratado de imitarlo, ahora siento que es imposible el alcanzar ese estado de perfección. . ."
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